Trabajar poniendo uñas, tan tóxico como estar en una refinería: estudio

Trabajar poniendo uñas, tan tóxico como estar en una refinería: estudio

Una investigación reciente, realizada en Estados Unidos, revela los riesgos a los que se enfrentan quienes trabajan en la cosmetología.

 

Los olores nocivos que emanan de las uñas acrílicas, esmaltes y quitaesmaltes pueden ser tan peligrosos como trabajar en un garaje o una refinería, según un estudio reciente realizado por la Universidad Estatal de Colorado.

“Cualquiera que haya pasado por un salón de belleza está familiarizado con los olores nocivos que emanan de las uñas acrílicas, esmaltes y quitaesmaltes. Los clientes que reciben manicuras y pedicuras soportan el olor temporalmente, pero los manicuristas que inhalan estos productos químicos por evaporación durante horas se exponen a riesgos para la salud”, aseguran los autores Lupita D. Montoya y Aaron Lamplugh,  de la Universidad de Colorado Boulder.

“Los olores provienen de compuestos orgánicos volátiles (COV) que fácilmente se convierten en vapores o gases . Estas sustancias se han relacionado con problemas de salud que van desde dolores de cabeza e irritación respiratoria hasta complicaciones reproductivas y cáncer. En un ambiente normal a temperatura ambiente, los COV se evaporan y los humanos los inhalan”, aseguran

 

Tras investigar las exposiciones químicas en seis salones de uñas de Colorado se descubrió que los empleados pasaban sus días expuestos a altos niveles de COV. “Los participantes, que habían trabajado en salones por hasta 19 años, informaron que sufrían dolores de cabeza e irritación en la piel y los ojos”, añade.

 

En estos salones de uñas se midieron los niveles de benceno y formaldehído, y se determinó que la exposición “aumenta los riesgos de cáncer de por vida de los trabajadores por encima de uno en un millón, el nivel que muchas agencias estadounidenses consideran aceptable para regular la exposición a sustancias nocivas”.

 

PONER UÑAS, COMO TRABAJAR EN UNA REFINERÍA DE PETRÓLEO.

 

“Muchas personas ven la cosmetología como una profesión relativamente segura, pero no lo es”, aseguran los autores. “Descubrimos que las exposiciones a hidrocarburos aromáticos como el benceno, el tolueno, el etilbenceno y los xilenos, denominados colectivamente BTEX, se asemejaban a los que se informaron previamente en estudios de trabajadores de refinerías de petróleo y técnicos de garajes”.

 

Además, indican que los resultados no son únicos. “Un estudio iraní de 2018 encontró concentraciones similares de benceno, etilbenceno y xileno en los salones de belleza de Teherán . Otro estudio realizado ese año en Michigan encontró concentraciones de tolueno en más de 100 partes por mil millones , que es aproximadamente 30 veces mayor que los niveles urbanos al aire libre reportados”, finalizan.

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