La supuesta autonomía de aterrizaje que se presumió luego de la compra de un dron hechizo por 57 millones de pesos por parte del Gobierno de Nuevo León quedó en el aire tras el choque de la aeronave… ¡en un aterrizaje!
El avión no tripulado por el que la Administración de Jaime Rodríguez reportó pagar 30 millones de pesos y proyecta gastar 27 millones más en equipamiento se accidentó el jueves en sus primeros días de vuelo tras permanecer embodegado seis meses.
Según el reporte oficial, el dron era piloteado por uno de los agentes más capacitados cuando enfrentó una ráfaga de viento en el aterrizaje, lo que lo hizo perder estabilidad y salir de la pista hacia terreno irregular, donde sufrió daños que presuntamente aún son evaluados y lo mantendrán fuera de operación indefinidamente.
Este accidente se registró aunque en marzo, en medio de la polémica por el alto costo del dron, representantes de la empresa USTI afirmaron que una de sus principales características es la de despegar, volar y aterrizar en forma autónoma y segura, sin la intervención de un operador.
Según un comunicado emitido la noche del viernes por el Gobierno estatal, está en elaboración un dictamen para detallar las causas del despiste.
El Secretario de Seguridad, Aldo Fasci, dijo que hasta mañana o el martes se podrá tener información adicional.
El dictamen de causas se tarda, aunque sea muy obvio que fue un viento de cola, como se les dice”, expuso.
“El dictamen se ocupa para tomar precauciones en futuros despegues y aterrizajes”, añadió.
